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Pinto pinto
cuentos de merodeador (I)

Ya son dos fines de semana seguidos, no lo he podido soportar, he empezado de nuevo el juego.
Las guardias en urgencias son desequilibrantes, lo tengo que apuntar para mi posible defensa, la vida humana se nos escapa de las manos en un ir y venir sin sentido.
Jóvenes que parecen fuertes se quiebran como pajas secas al menor golpe y viejos reviejos con las constantes abstractas se agarran a la vida con fuerza sobrehumana.
El mayor problema es la falta de tiempo, se suceden las intervenciones una tras otra, si se pudiera dar ese tiempo que no tenemos a pacientes concretos se les podría estabilizar y tendrían un cuadro con visos de esperanza.
Estos pensamientos se repetían y repetían, sacándome de las casillas hasta que vi una solución.
No era al azar, no, intente al principio utilizar un baremo para la elección del paciente no viable.
La mecánica era asombrosamente fácil y media dosis de ***** puesta en la vía llamaba al sueño de los justos lenta y inexorablemente. Firmaba yo mismo el informe y a otra cosa.
Pasado el tiempo y ante un caso en el que conocía al paciente me salté las reglas, le toco, murió y con dolor. Desde entonces se fue aflojando la aplicación de esas normas que tanto tiempo me costaron elaborar.
Hoy he aplicado el pinto pinto gorgorito y me suda la polla, recién nacidos, muchachas virginales, hombres, mujeres, me dan lo mismo, que se jodan, les había llegado el día.
Si vais a urgencias de un hospital tener el oído alerta.

Pinto, pinto, gorgorito,
saca la mano de veinticinco.
¿En qué lugar?
En Portugal.
¿En qué calleja?
En la Moraleja.
Esconde la mano que viene la vieja…TE TOCO.

(Merodeador 2004)

escupido por elHijoDelFonk a eso de las 4:15 p. m.