Solo tenía tres meses cuando mi madre me vio volar por primera vez. Me elevé dos palmos y duró unos cinco segundos. Ella sabía que era real, pero se frotó los ojos y acusó a su falta de sueño. Mi padre no lo descubrió hasta dos años después. Estupefacto, pidió consejo a médicos, magos, curanderos y exorcistas. Todos coincidieron en el diagnóstico: un milagro. Uno de ellos les habló de la escuela de San José de Supertino y de sus cursos: Libre albedrío I y II, Levitación, Metodología del Amor, Metodología del Miedo, Introducción a los milagros, Milagros avanzados, Milagros en paralelo y Hetereidad. A mis padres les gustó la idea, y pasé cinco años yendo a la escuela de milagros después del cole. Con once, ya planeaba perfectamente. Había conseguido una buenísima forma física y podía dar varias vueltas a la tierra sin parar. El día que cumplí doce años amanecí con mi pijama húmedo, y sin el equilibrio necesario para elevarme. Lo he buscado desde entonces, pero a mis noventa y ocho años se que esta búsqueda ha terminado.
Escrito por SuperTonta (que de tonta no tiene un pelo, bueno, un mechoncillo no mas) en el FORO FONKO (¡SI AMIGOS , SIRVE PARA ALGO!). Muchas gracias.
escupido por elHijoDelFonk a eso de las 4:22 a. m.